¡Equivocate!

Ayer me tocó entrevistar y escuchar a personas que llegaron lejos. De esas que te hablan con felicidad de sus vidas personales y a las que cualquiera podría admirar por sus logros profesionales. En medio de una entrevista, el CEO de una compañía internacional me contó sobre el recorrido que hizo para llegar a ese lugar. Había abandonado su trabajo en el área financiera, cansado de números, y empezó a trabajar en una bodega. Primero como asistente en diversas áreas y luego como director. Este nombramiento llegó de manera sorpresiva y la respuesta que recibió cuando dijo que no sabía si iba a saber cómo hacer las cosas fue: «Equivocate. Eso es lo que espero de vos porque es la forma en la que se aprende«.

Me quedaron resonando esas palabras, porque tomé una decisión que puede causar cierto impacto en mi vida. No es la gran cosa, pero para mí, acostumbrada a ir siempre por el camino marcado, a hacer lo que se espera, a mantener certezas y jugar en el campo seguro, es un paso importante También porque le puse esa carga. Porque estoy saltando a un lugar que no conozco y por ahora no veo tampoco el horizonte muy claro. Pero no me asusta (de a ratos sí), al contrario, me sorprende mi tranquilidad (aunque debo reconocer cierta ansiedad).

«Equivocate. Eso es lo que espero de vos porque es la forma en la que se aprende»

Pero cuando el día ya me había aplastado -¿habrá sido la lluvia? ¿alguna respuesta que no esperaba? ¿algún mail que no llegó?- volví a escuchar el consejo: «Equivocate«. No era para mí. Era una de las exponentes en un panel de Mujeres que lideran y se lo decía a sí misma sabiendo que el auditorio estaba pendiente de sus palabras.

De nuevo la palabra quedó picando en mi ser. Tal vez porque vengo de días, semanas… ¿meses? en los que lamento no haber metido la pata un poco más. Haber tenido tanto ¿miedo? a caer o no poder; haber sido tan estricta conmigo pensando en encajar, en cumplir con todo; haberme equivocado, justamente, en esto de no querer-no permitirme equivocarme.

Si tuviera la posibilidad de decirle algo a Flor del pasado, a la adolescente, le diría que se equivoque… no pasa nada. Al revés, suma porque esa es la forma de aprender, de crecer… de vivir.

Autor: Flor

Pedaleo de acá para allá, tengo corazón misionero y un no-sé-qué peregrino. Me gustan los mates tranquilos y los buenos momentos compartidos. Estudié comunicación y escribo de moda (entre otras cosas). Amo armar cuadernos y álbumes de fotos, todavía las imprimo. Disfruto cada travesía: en todas encuentro algo de magia. Y acá estoy, contando un poco lo que viene mi cabeza. La excusa para empezar, fue tener en el horizonte el Camino de Santiago, un viaje que prometía ser distinto y superó todas las expectativas.

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